Tras redactar un contrato por parte de Felipe Blanco, Presidente del Belenos Rugby Club, Alejandro Moreno comenzó a trabajar para el club ya desde principios del mes de Agosto con la aquiescencia y presencia del señor Felipe Blanco. Tras varios cambios de impresiones entre ambos sobre detalles de algunos puntos del tema contractual (que ya hemos comentado que no tenía una redacción explícita en ninguno de sus puntos) las formas del mencionado Felipe Blanco se tornaron un tono ofensivo y desafiante hacia el entrenador y su familia (compuesta por él, su mujer embarazada de cuatro meses y una niña de 8 años) con frases como “si no te gusta os mando a vivir con los gitanos” o “mañana os meto en un avión para Argentina” si se negaba a firmar un nuevo contrato en el que, entre otras cosas, como complemento a su sueldo le proponía la venta de pegatinas del club por la calle.
Tras llegar a esta situación enquistada, el entrenador pidió ayuda a algunos simpatizantes, exjugadores y directivos del Belenos Rugby Club, para poder sacar la situación adelante, con la única pretensión por su parte de seguir con su trabajo en el Club por tres años como indica el contrato que Felipe Blanco y él firmaron, su única petición a cambio era la de que no quería seguir teniendo como interlocutor a Felipe Blanco, debido a lo cual pedía la dimisión del mismo. Tras mostrar sus pretensiones al propio Felipe Blanco y a Israel Heres como vicepresidente del club en una reunión formal el pasado 15 del presente mes, la respuesta de estos (tras una llamada lacrimógena del presidente anunciando su supuesta dimisión a Alejandro Moreno en la tarde del Viernes 17) ha sido la redacción de una carta informativa entregada al comenzar el entrenamiento de hoy, con todos los jugadores esperando para comenzar el entrenamiento, instándole a abandonar la disciplina del club, entregando las llaves del vehículo del que hacía uso y haciéndoles partícipes de que dejarían de ser garantes en cuanto a la renta del piso de alquiler donde Alejandro Moreno vive en la actualidad.
De facto la pretensión de la directiva es dejar en la calle a una familia a la que ellos forzaron a salir de su país, con engaños del tipo enseñarles una foto de una casa que supuestamente sería su vivienda si advertirles la ubicación de la misma, en un barrio marginal de Avilés.-
