Hoy recordamos a un formador de jugadores desde la niñez, Un Profesor de Educación Física con una tremenda pasión por su deporte predilecto.
Jorge Gutiérrez, uno de los fundadores del club Pueyrredón, que presidió durante tres décadas, falleció en septiembre del 2003 a los 85 años. Angel Guastella, reconocido socio del club y compañero en la creación de la entidad de Boulogne, lo recordó a través de estas líneas.
Jorge F. Gutiérrez es uno de esos auténticos maestros del rugby argentino, de aquellos que sólo pretenden ser comprendidos. Nunca necesitó ser obedecido para afirmar el control del carácter y disciplinar los esfuerzos de sus dirigidos.
Firme defensor del respeto a las reglas del juego, árbitros y adversarios, y de la solidaridad del grupo, colaboró con afecto y sabiduría para forjar nuestra personalidad dentro del marco de la tenacidad y la hidalguía, del gusto por la lucha y por la acción.
Nunca tuvo palabras críticas hacia un árbitro. Fue referí de primera división e internacional. Su trabajo de base fue profundo, llamando la atención sobre la necesidad de considerar al jugador de rugby en su totalidad, como un ser que piensa, siente, se mueve y se relaciona con los demás.
La competencia de Jorge no se limitó al conocimiento profundo del rugby, a su capacidad de concepción del entrenamiento y de los ejercicios.
Sus conocimientos eran compartidos y siempre trató de colaborar en la formación de jugadores inteligentes, hábiles y audaces. Es decir, colaboró en desarrollar nuestra capacidad creadora. Lejos estuvo de ser un entrenador autoritario; fue un adelantado en la pedagogía activa.
Según una vieja leyenda, el mundo se sostiene y la humanidad sobrevive pese a su crisis gracias a la obra de 36 sabios que en cada generación se esfuerzan y logran empujar la rueda de la historia hacia adelante, evitando que el progreso humano se detenga. Tal vez, si los dioses así lo quieren, Jorge F. Gutiérrez se encuentra en esa lista.
En adjunto un reportaje realizado por Edgardo Carrizo para la revista Test Match Rugby año 1 Nº 32 del 15-10-86.
Fuente: La Nación Deportiva
Saludos a todos. Marcelo.
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