La interminable batalla entre cerrados ideólogos de ambas posiciones en el rugby argentino parece no tener fin, aunque en el entramado se desliza la posibilidad de que en realidad ”por los mangos baila el mono”. El anuncio sobre el seleccionado profesional autóctono, Los Jaguares, han derivado tras el acuerdo con el estado nacional en “becas deportivas”, que se piensa es el maquillaje para evitar a futuro la prohibición a jugadores porteños.
La antinomia ahora podría ser amateurs - profesionales; como un tiempo fue (o sigue siendo?), capital – provincias. Para nosotros posiciones evitables y que deberían zangarse en una discusión sincera, amplia y con la participación de todos, que hasta ahora no se ha dado. Como se recordará, Buenos Aires ha decidido no autorizar a sus jugadores integrantes del Pladar a participar de sus torneos domésticos desde el próximo año, pero según dicen podrían variar la posición, si hay “mangos” y cosmética de por medio. Ahora los Jaguares, denominado en febrero primer seleccionado argentino rentado, ahora se lo llamaría “senior”.
La UAR se estaría ahorrando cerca de cuarenta mil pesos mensuales, ya que no abonaría las cargas sociales de los jugadores, y deja a los clubes remisos de Buenos Aires, sin argumentos ya que no habría jugadores profesionales. De mismo modo, seguramente desde el exterior, (IRB, Sanzar, Uniones, etc.) estarán comprobando que en Argentina, nada es permanente y lo que parecía encaminado hacia el profesionalismo, por arte de magia cambia de rumbo. Si alguno espera que nos inviten a torneos importantes y permanentes esta señal es casi disuasiva.
En el mundo de los negocios se le llama “seguridad jurídica” y se lo pone siempre como un freno al ingreso de capitales al país. Cualquier parecido con la realidad es una casualidad. No hace un año, sin reforma de estatutos mediante, pero por unanimidad las Uniones integrantes de la UAR, aceptaron que pudiera haber seleccionados rentados. Después apareció la posición de Buenos Aires y sus clubes, y la maraña volvió a complicarse.
Ninguna de las demás Uniones hizo comentario al respecto, más allá que en el total sus jugadores en el Pladar sean menos que los porteños. Hubo un intento hace poco de juntarse en Rosario, pero fallaron los convocados y todo quedó en la nada. Cuando se dieron a conocer los puntos del reglamento del Pladar, en Tercer Tiempo hicimos el comentario, que parecía inapropiado que en el ítem "Limitación de pases y reclamos", aparecía una indemnización para la UAR de 7.500 dólares por el incumplimiento del plazo de adherencia y dejaba a los clubes pataleando en el vacío.
Por allí podría estar el quid de la cuestión, y lo que decíamos: “por los mangos baila el mono”. Si un jugador parte al exterior, no integrando la “elite”, el derecho de formación es principalmente para el club de orígen. Parece que ahora: “el dinero que ingresaría en la UAR como derecho formativo sea distribuido en porcentajes por definir con las Uniones (URBA incluída), el club y la unión Argentina”. Siempre habrá algunos que se opongan, pero ese es otro cantar.
Lo que sigue siendo in entendible es que los estatutos sigan como siempre, y los dirigentes con posiciones irreductibles que nos llevan a estos “despelotes”. Algunos se enojan porque lo decimos, pero “la realidad es la única verdad”.
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