El partido entre Gales y Nueva Zelanda, que se llevará a cabo en Cardiff, el 7 de noviembre, podría ser suspendido porque los clubes galeses no estarían dispuestos a liberar a los jugadores.
Hace unas semanas la Unión de Rugby galesa había incorporado a su ventana internacional del mes de noviembre un test-match con los poderosos All Blacks.
Pero como este partido no se ajusta a la ventana oficial impuesta por la IRB, para ese mes, los clubes galeses decidieron no liberar a sus jugadores para esa fecha. Entonces, peligraría la realización del partido.
Detrás de esta actitud se esconde un conflicto latente entre la Federación y la Liga, que ya había amenazado con suspender el Test contra Sudáfrica en noviembre. La principal razón sería la prestación y la indemnización a los clubes, un problema que también afecta a los XV de Francia.
Pero esta vez, Ospreys, Scarlets, Cardiff y Dragons se niegan a negociar y han dicho que no va a cambiar su decisión. La disputa se ha iniciado, y ahora nadie quiere dar el primer paso. Esto podría privar al público de un choque atractivo entre Gales y los All Blacks.
Vía: http://www.aplenorugby.com.ar/
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