Mirando diarios de todos lados, nos encontramos ésta bonita Carta de Lectores en LaNación.com del día sábado pasado, que hace referencia nada menos que a nuestro querido Felipe Contepomi.
A veces vemos con orgullo formarse a nuestros niños más allá de un try convertido y disfrutado, sino con lo que ello conlleva, el trasfondo de la idea de camadería, espiritú de grupo y disciplina, que tán bien se manifiestan en este maravilloso deporte, que es el Rugby.
Una acción para copiar, por eso, dejamos ésta nota para compartirtirla con Uds.
* * * *
Señor Director:
"Después de recibirse de arquitecto, mi hijo Juan decidió en plan gasolero hacer un largo viaje por Europa. De Edimburgo a Dublín, el vuelo sufrió un retraso importante y le cancelaron su reserva de hotel.
"El destino hizo que se cruzase con otro joven argentino que iba a visitar a un compatriota residente en la ciudad. Cuando arribaron a destino y al enterarse el dueño de casa del contratiempo de Juan, lo recibió, junto con su esposa, Paula, con un cariño propio de aquellos que se conocen de toda la vida. Le prepararon la cena, le alistaron un cuarto y hasta lo invitaron a un importante partido de rugby que se jugaba al día siguiente.
"El nombre del anfitrión era Felipe y su apellido, Contepomi; nada más ni nada menos que el capitán de los Pumas.
"Esta pequeña historia confirma que la humildad y la calidad humana son un patrimonio de los grandes de verdad, y un éxito educacional de sus padres.
"Gracias, Felipe; gracias, Paula."
Vicente Lema
archilema@gmail.com
"Después de recibirse de arquitecto, mi hijo Juan decidió en plan gasolero hacer un largo viaje por Europa. De Edimburgo a Dublín, el vuelo sufrió un retraso importante y le cancelaron su reserva de hotel.
"El destino hizo que se cruzase con otro joven argentino que iba a visitar a un compatriota residente en la ciudad. Cuando arribaron a destino y al enterarse el dueño de casa del contratiempo de Juan, lo recibió, junto con su esposa, Paula, con un cariño propio de aquellos que se conocen de toda la vida. Le prepararon la cena, le alistaron un cuarto y hasta lo invitaron a un importante partido de rugby que se jugaba al día siguiente.
"El nombre del anfitrión era Felipe y su apellido, Contepomi; nada más ni nada menos que el capitán de los Pumas.
"Esta pequeña historia confirma que la humildad y la calidad humana son un patrimonio de los grandes de verdad, y un éxito educacional de sus padres.
"Gracias, Felipe; gracias, Paula."
Vicente Lema
archilema@gmail.com
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