Jonny Wilkinson es considerado el héroe del equipo de Inglaterra. Es temido por los equipos rivales por su capacidad de convertir la presión en puntos, y ser capaz de hacerlo en las condiciones más estresantes y conflictivas de juego.
Su éxito y asertividad se basa en dos palabras: práctica y una férrea dedicación tanto al entrenamiento técnico como al mental. Como costumbre, siempre llega antes que sus compañeros al entrenamiento en el cual practica seis kicks a los palos los cuales deben ser perfectos. De no ser así vuelve nuevamente a la serie hasta completar los seis tiros perfectos.
Esto significa que alarga su entrenamiento durante dos o tres horas más que los demás. Entrena tanto la parte física como la mental y a medida que su ejecución se va perfeccionando puede dedicarse a incorporar otros aspectos del juego.
En la efectividad de sus aciertos, su postura y su rutina es parte del secreto. Coloca y apunta la pelota a los palos. Luego da un paso atrás y al lado. Sus piernas se encuentran ligeramente dobladas en una posición de la anchura de sus hombros, las manos juntas y hacia adelante y su visión completamente enfocada en el objetivo: los palos.
Inclina ligeramente la cabeza hacia atrás y arriba, camina la cantidad exacta de pasos hacia atrás, se centra en el objetivo imaginando una soga o fino alambre que ata la pelota y que se dirige justo al espacio situado entre los postes. Una vez focalizado, patea el balón con certeza por encima de los palos, a los brazos de “Doris”. Allí la imagina y la ve, sentada entre la multitud en la tribuna, justo en el medio y entre los postes. Generalmente Doris está sosteniendo un helado o una Coca Cola y su objetivo es tirarlos de sus manos con el impacto explosivo del balón. Su idea es en vez de apuntar a los palos, apuntar a algo especifico treinta yardas atrás.
¿Quién es Doris? Ella es la mujer imaginaria que forma parte de la rutina mental que siempre realiza aun en entrenamiento. Fue Dave Alred su técnico y entrenador de patadas inglés quien le enseñó esta técnica mental donde visualiza a Doris, técnica que emplea desde 1998.
Siguiendo esta serie de pasos, los mismos pasos cada vez, entra en “la zona” (the zone) alejándose y disociándose de toda la presión o ruido del entorno. Se centra en una sola cosa: patear la pelota. Su foco de atención solamente está en los palos. No piensa en los tiros anteriores, solamente en el presente de su jugada.
En este proceso de focalización o de trance podemos observar la fuerza de su mirada, la concentración previa al mirar fijamente sus manos, la disociación en la realización de su jugada, la alucinación y visualización en la figura imaginaria de Doris.
En su preparación, su respiración es más lenta para permitir mayor cantidad de oxígeno y una mejor relajación. A varios jugadores los hemos visto realizar respiraciones profundas antes de patear, como al italiano Mauro Bergamasco lo que les ayuda a relajarse. Este es una reconocida técnica mental disparadora en la estrategia de relajación y se sabe que acciona una respuesta de calma. Tal estrategia se puede utilizar para aliviar la tensión muscular excesiva activada por la preocupación y la presión del juego: tensión que puede llevar a un jugador a cometer un fallo debido a que las vías nerviosas de los músculos se encuentran sobrecargadas.
Para obtener ese perfecto disparo, centra su energía en la mitad de su cuerpo, en su cintura justo debajo del ombligo, sintiendo que esa fuerza desciende y se desplaza desde su pierna a su pie izquierdo para generar ese explosivo poder. Esta técnica se llama “centring”.
Ante diversos partidos y momentos cruciales de presión escribe cada experiencia, cada tiro que realizó en cada juego para evaluar su éxito o fracaso y trabajarlo. Inclusive anota la descripción de las condiciones climáticas y de la cancha. Estos procesos y habilidades son aprendidos con la práctica y junto a un continuo entrenamiento mental.
Pero no todo es fácil para él ya que detrás de esa personalidad como de una persona tímida, Willkinson debe soportar demasiadas presiones, muchas de las cuales no lo dejaban conciliar el sueño la noche previa y posterior al partido. La ansiedad es su peor enemigo. En sus primeros años tal era el peso de sus expectativas de triunfo que sufría de ataques de pánico, lo que le impedía disfrutar de su juego. Sin embargo su gran e innato talento, su consistencia de juego, fue lo que lo impulsó a seguir adelante buscando ayuda en un psicólogo del deporte, en este caso con Andy Barton quien trabajó con él en la superación de sus conflictos.
De esta técnica que emplea Jonny Wilkinson vamos a seguir hablando en nuestra próxima columna de psicología del deporte. Mientras tanto, sigamos deleitándonos con la precisión y aciertos de sus jugadas entendiendo ahora un poco más de que se trata y què significa la rutina de este gran jugador.
Lic. Julia Alvarez Iguña
Psicología aplicada al Alto Rendimiento
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