lunes, junio 12, 2006

LOS PUMAS REVOLUCIONARON PUERTO MADRYN

Fuente: Olé Digital
TEST MATCH: LOS PUMAS REVOLUCIONARON PUERTO MADRYN
Arriba Argentina

Siguiendo con la fiesta del fútbol, el rugby aportó con un buen triunfo ante Gales por 27-25.

En la práctica del fútbol, el rugby es usado para describir ineptitudes. Quien manda un tiro libre a la casa del vecino suma tres puntos; si alguien no la puede dominar está jugando con una ovalada, y a ese bruto que mete una murra desmedida se le para el carro diciéndole que esto no es rugby... A grandes rasgos, uno no tiene nada del otro, ni en las direcciones de las rayas celestes y blancas de sus camisetas. Sin embargo, los colores son los mismos y, mientras unos están en Alemania, los otros se vinieron al Sur para vivir mejor, para sentirse agasajados y demandados como si fueran la Selección de Pekerman, para seguir levantando a un país que hace dos días viene de festejo. Y que no se corte.

"A la gente que está en la popular se le pide que se achique (sic) así pueden ingresar los que están afuera", reclamaba la voz del estadio, minutos antes del comienzo del test match. Es que después del debut del equipo de José, de los bocinazos y "esta banda quilombera" hasta altas horas en la Plaza General San Martín, el Obelisco de Madryn, esta ciudad retornó a lo que la viene movilizando hace más de una semana. Y el día finalmente llegó. Su día. Y Los Pumas, en su primera excursión a tierras patagónicas, no podían fallar. No podían fallarse a ellos ni a las 14.000 personas que reventaron el Raúl Conti, un estadio que era del Argentino A pero que quedó pipí cucú para atender cualquier evento internacional. Se sintió el respaldo de la gente (vox populi, cuando se olvidaron de los orígenes de su ciudad y empezaron con "el que no salta es un galés", Los Pumas dieron vuelta el partido) y, sobre todo, se notó que este plantel argentino quería demostrar que el corazón puma no renuncia, que la garra y la mentalidad que les permitió meterse dentro de la elite del rugby internacional se mantiene intacta y con ganas de seguir creciendo. Por eso piden cambios. Por eso Pichot juega los 80 minutos hasta cuando no puede y su satisfacción al final puede más que el dolor. Por eso Ledesma le dice que "ni loco salgo" al médico Hugo Montenegro, cuando éste ya pedía el cambio. Por eso todos se abrazan después del triunfo, descargan y Nacho Fernández Lobbe no se olvida de la gente y regala su camiseta. El ex Liceo Naval se suma enseguida a dar la vuelta olímpica y el "olé, olé, olé, Pumas, Pumas" baja desde las tribunas. Mientras, Juan Lobbe recibe el premio al mejor de la cancha y se lleva la peor parte cuando el intendente Carlos Eliseche (sin querer claro) le pega un taconazo que le abre una canilla. Pero la fiesta debe continuar y cientos de chicos piden autógrafos, se sacan fotos con Los Pumas y "vamos, vamos, Argentina".

"Pudimos prolongar la alegría del fútbol, espero que siga así para las dos partes", se entusiasma Longo. Hace cuatro años y tres días después de la eliminación en Corea/Japón 2002, el mundo de la ovalada despertaba al país con un triunfazo agónico ante Francia (28-27), en un Vélez colmado. Quizás esto es un punto de partida para que las satisfacciones sigan siendo compartidas.

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